miércoles, 21 de septiembre de 2016

Gavin Gough


"Más que de lugares exóticos y salvajes aventuras, la fotografía de viajes trata de ver lo que nos rodea con nuevos ojos y un entusiasmo infantil."


jueves, 28 de julio de 2016

Stephen Dupont



"Es obligatorio formar parte de la historia. En una zona de guerra, me centro en llegar, en conseguir grandes fotos y en poder volver. Sin las fotografías, no habría verdad, no habría tribunales de guerra. En la guerra, hay tragedia. Pero también dignidad, una belleza en la gente que sale del corazón, del alma."
 

lunes, 2 de mayo de 2016

Las ciudades y los intercambios

En Ersilia, para establecer las relaciones que rigen la vida de la ciudad, los
habitantes tienden hilos entre los ángulos de las casas, blancos o negros o grises o
blanquinegros según indiquen relaciones de parentesco, intercambio, autoridad,
representación. Cuando los hilos son tantos que ya no se puede pasar entre medio,
los habitantes se van: se desmontan las casas; quedan sólo los hilos y los soportes de
los hilos.
Desde la ladera de un monte, acampados con sus trastos, los prófugos de
Ersilia miran la maraña de los hilos tendidos y los palos que se levantan en la llanura.
Y aquello es todavía la ciudad de Ersilia, y ellos no son nada.
Vuelven a edificar Ersilia en otra parte. Tejen con los hilos una figura similar
que quisieran más complicada y al mismo tiempo más regular que la otra. Después la
abandonan y se trasladan aún más lejos con sus casas.
Viajando así por el territorio de Ersilia encuentras las ruinas de las ciudades
abandonadas, sin los muros que no duran, sin los huesos de los muertos que el
viento hace rodar: telarañas de relaciones intrincadas que buscan una forma.



Italo Calvino - Las ciudades invisibles

miércoles, 30 de marzo de 2016

Máscaras



Todo lo que es profundo gusta de enmascararse, y las cosas más profundas odian hasta la imagen y la semejanza.
Un individuo, cuyo pudor es profundo, halla sus destinos y sus más importantes resoluciones en caminos inaccesibles para los demás, y cuya existencia ignoran hasta sus amigos más íntimos; les oculta sus peligros mortales y también la reconquistada seguridad de vida.


Semejante ser misterioso, que instintivamente se sirve de la palabra para callar y para disimular, y que es inagotable en medios de sustraerse a las respuestas, quiere y procura que en lugar de su persona se imprima su máscara en la mente y en el corazón de sus amigos; y aun suponiendo que no quiera, algún día verá que su máscara existe y que es bien que exista. 
Toda mente profunda necesita de una máscara; en torno de una mente profunda se va formando sin cesar una máscara, gracias a la interpretación constantemente falsa y superficial de todas sus palabras, de todos sus pasos, de toda señal de vida que de él emane.




(Friedrich Nietzsche)